Ese día era culminación de un trabajo de varios años, viví una Experiencia muy intensa que sin duda marcó mi vida. Desde luego era un público opositor a la dictadura, pero también tenía la convicción de que la solución para recuperar la democracia era por la vía pacífica, más se intensificó mi convicción después del atentado a Pinochet. Es cosa de análisis político internacional, en Sudamérica nunca ha triunfado un movimiento guerrillero, y siempre la democracia se ha recuperado con las armas de la paz.
Llegamos a 1987 y una vez resuelta la disyuntiva de aceptar la Constitución de 1980 y por ende ir al plebiscito de 1988. Tuvimos intensas reuniones. Aún estaba instalada la discusión si era o no legítima la posición del PC de “todas las formas de lucha” la que desde el punto de vista moral da para otro artículo, pero en lo práctico cada acción armada nos debilitaba, frente a un Pinochet que utilizaba esas acciones armadas para justificar porque se necesitaba a los militares en el poder, así sucedió con varios dirigentes políticos de lo que en esa entonces era la Alianza Democrática que cayeron presos después del atentado. Me tocó ir a visitarlos.
También si era útil o no legitimar la Constitución y el régimen militar. Finalmente los más pragmáticos llegamos a la convicción de que sí como un camino de triunfar en el plebiscito. Las primeras gestiones fueron en construir una oposición unida, la que sólo se logró con la Alianza Democrática, y estar de acuerdo en la estrategia de derrotar a los militares en el terreno político.
Sin embargo, tema que hablamos extensamente en su momento con Ricardo Lagos, fue que la DC decidió legalizarse como partido por su cuenta, mientras Ricardo buscaba un solo y gran partido que vigilara el plebiscito. Fui uno de los que le dio la opinión de que él debía liderar el sector progresista y así nació la idea del PPD, usar el nombre de Partido Socialista para aquella época era muy fuerte.
Finalmente aceptó y todos los socialistas, en esa época yo militaba allí, ya no, nos abocamos a la creación de este partido instrumental. Desde fines de 1987 nos propusimos la idea titánica de juntar firmas para la legalización, luego que lo lanzáramos oficialmente en el Círculo Español. Nos dimos tres meses de plazo, justamente el verano, la peor época para recaudar al menos 40 mil militantes.
A mí me toco coordinar zonas muy adversas, en Providencia y luego Las Condes. Recuerdo que de un viaje que hice a España, me tocó dar una conferencia en Barcelona sobre la realidad en Chile para que los exiliados apoyaran esta nueva iniciativa. Les dije que íbamos a ganar el plebiscito, y que también ganaríamos las primeras elecciones democráticas y que el próximo presidente de Chile sería DC. A muchos no le gustaron mis predicciones, pero bueno ya sabemos que así fue.
En Marzo de 1988 lo habíamos logrado, eran 80 mil militantes de este nuevo partido para vigilar el plebiscito. Faltaba construir las redes, una época sin internet, sin celulares.
Se me encomendó organizar al PPD de Las Condes, y se me entregó una lista con más de mil de nombres que contactar para armar una estructura. Mi primera reunión fue con un joven profesor de historia llamado Francisco Vidal, junto a su esposa y mi ex esposa, comenzamos el trabajo de llamar, convocar y organizar. Como estábamos cansados de autoritarismos, nos dimos una estructura no convencional, con coordinadores en diferentes zonas y aspectos de organización; pero luego tuvimos que ajustarnos a la ley de partidos políticos, así creamos presidente, secretario, y una directiva comunal de siete personas. Por acuerdo de todos registramos mi nombre como el de presidente comunal. Armamos trece Consejos de Base, los que también tenían la misma estructura interna, y generamos una dinámica donde la Directiva Comunal proponía temas, los analizaban los militantes en sus respectivos Consejos de Base y volvía la opinión a la Directiva, y acatábamos lo que la mayoría decidía.
Acercándonos a aquel cinco de octubre, tuvimos que designar casas como sede del Partido, había mucho temor de prestar las casas, pero registramos tres que eran las que recibirían los resultados.
Me recuerdo el llamado casi a media noche de una militante que había prestado su casa lo nerviosa que estaba cuando le estaban golpeando la puerta, y eran militares. Tuve que partir para allá y calmarla decirle que los militares tomaban el control 72 hrs antes de la votación y que estaban verificando el domicilio que habíamos registrado. Por supuesto, que también buscaban armas y el ambiente era tenso. Pero todo salió bien.
Lo que logramos guardar muy bien como secreto, es que en realidad habíamos habilitado una cuarta casa, con una computadora los primero computadores personales en el que de verdad llevaríamos el conteo, mientras las demás casas o Centros de Acopio recibirían la información parcial, en la realmente llevaríamos el resultado sería en la casa no declarada, ya que siempre teníamos el temor de que se allanaran las casas declaradas, práctica nada extraña durante la dictadura.
Mi cinco de octubre del 88 comenzó muy temprano visitando todos los colegios de la comuna habilitados para votar. Verificando que los centros de acopio funcionaran, que los apoderados estuvieran uno en cada mesa y recibieran su material para el conteo rápido.
Por cierto que muy rápido pudimos hacer el conteo total de la comuna gracias a tener una computadora que una militante facilitó. Todos estábamos pendientes, escuchando por la radio las noticias al respecto. Igual había incertidumbre, la sensación de que debíamos ganar pero sin saber si sería reconocido el triunfo.
Si bien en Las Condes ganó el SI, fue por tan poco margen que sus partidarios sentían un triunfo amargo, ya que eso proyectaba que ganaría el NO en las comunas más populares. Lo vi en sus rostros, no festejaban con entusiasmo los estrechos triunfos en cada mesa de votación.
Fuimos de las primeras comunas en tener resultados completos, los que llevé a la sede del PPD, donde los cómputos paralelos en el hotel que se había arrendado para la ocasión, a cuadras de la sede del Comando del NO, se respiraba aire de triunfo pero aún de incertidumbre.
De regreso en Las Condes nos comunicamos con los presidentes de los Consejos de Base y éstos a su vez con sus integrantes para pedirles que no salieran a festejar, que se quedaran tranquilos en sus casas. Los llamados por teléfono iban y venían. Finalmente se leyó el cómputo que sí reconoció el triunfo del NO. Me trasladé a la sede central del Comando del NO para ver los pasos a dar.
Finalmente después de intercambiar puntos de vista en la Alameda con Lastarria, sede del Comando del NO, salí a la Alameda a escuchar el mensaje desde la calle como un militante más donde se festejaba el triunfo pero se invitaba a retornar a los domicilios. En Alameda nos abrazamos con muchísima gente, incluso hasta con algunos carabineros que mostraban en su rostro la complicidad de alegrarse por el resultado, y a su vez trasmitiendo un mensaje para ellos de que en el nuevo sistema no serían excluidos. Esa fue en parte mi Experiencia de ese día histórica. Hoy ya no milito ni en el PS ni en el PPD.
Reflexionando a cerca de ese 5 de octubre de 1988, más allá del los resultados quienes ganamos fuimos todos los chilenos. Lo importante además del resultado en no darle luz verde del proyecto de la dictadura, es que nos atrevimos a cambiar de sistema político, de autoritarismo a democracia.
Sin embargo, el modelo económico se mantuvo y en lo social se han hecho muchas cosas, pero son muchas más las que faltan por hacerse, y la desigualdad sigue siendo producto del mismo modelo neoliberal de antes de la democracia.
Entonces ya se ha cumplido un nuevo ciclo en la historia de Chile, ya no basta con la actual democracia, falta todo el lado participativo y no elitista de la democracia. Falta democratizar la economía, o sea que el crecimiento no sea mucho para unos pocos y poco para muchos.
Y en lo social falta dignidad, hoy los trabajos son indignos, la salud, la educación, la vivienda, las pensiones.
Por eso nuevamente estamos ante un escenario que nos invita a construir una propuesta alternativa de sociedad, una visión nueva de Chile y donde no hay que confundirse, la solución alternativa no es a la Concertación, en la que no llegaron ni tres mil personas a celebrar el acto oficial por el NO hoy domingo 5 de octubre de 2008,
es al modelo de sociedad, por ende, así como hace 20 años cambiamos el modelo político, aunque fuera con imperfecciones y limitaciones, se cambió; hoy es el turno de profundizar esos cambios en lo político y de verdad proponer una alternativa de cómo debe funcionar nuestra economía e igualdad social. Hoy la Alianza y la Concertación representan más de lo mismo, y el Juntos Podemos ha sido incapaz de elaborar una propuesta para Chile que sea viable.
Por ende no es un cambio contra nadie, sino a favor de soluciones, más que de críticas donde todas y todos están invitados a participar, que las soluciones deben surgir de nosotros, y no de la de la elite política actual, sea del color que sea, debemos trabajar en un espíritu nuevo, donde no pre-juzguemos a la gente de antemano por su pasado, sino que todos estemos en igualdad de condiciones para ayudar a construir un futuro distinto, un Chile mejor.
Saludos
Gonzalo Meza Allende
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